Una verdad no se vuelve más creíble porque se levante la voz al decirla, sino porque se testimonia con la vida

Estos días de enfermedad el Papa ha dado un testimonio de fuerza en la debilidad y, con apoyo de todos, sus palabras se escuchan.

Su catequesis a partir del relato del Génesis, de la Torre de Babel, en que Dios confundió las lenguas de los hombres, calienta motores para la nueva evangelización. Cuenta el Papa que esa historia “narra un proyecto social que prevé sacrificar toda individualidad a la eficiencia de la colectividad. La humanidad habla una sola lengua – podríamos decir que tiene un “pensamiento único” -, está como envuelta en una especie de encanto general que absorbe la unicidad de cada uno en una burbuja de uniformidad. Entonces Dios confunde las lenguas, es decir restablece las diferencias, recrea las condiciones para que puedan desarrollarse unicidades, reanima el múltiple donde la ideología quisiera imponer el único.” Y el Papa actualiza hoy la historia y dice “también hoy la cohesión, más que la fraternidad y la paz, se basa a menudo en la ambición, en los nacionalismos, la homologación, en estructuras técnico-económicas que inculcan la persuasión que Dios sea insignificante e inútil: no tanto porque se busca un algo más de saber, sino sobre todo por un algo más de poder. Es una tentación que impregna los grandes desafíos de la cultura actual.”

Y el Papa explica porqué es siempre necesario actualizar el evangelio y su anuncio, porque “El celo apostólico nunca es una simple repetición de un estilo adquirido, sino testimonio de que el Evangelio está vivo hoy aquí para nosotros. Conscientes de esto, miramos por tanto a nuestra época y a nuestra cultura como a un don”, y recuerda el Papa que, para poder actualizar el evangelio, es necesario “bajar a la calle, ir a los lugares donde se vive, frecuentar los espacios donde se sufre, se trabaja, se estudia y se reflexiona, habitar los cruces de los caminos donde los seres humanos comparten lo que tiene sentido para sus vidas”, porque como ha indicado el Papa “No debemos tener miedo del diálogo: es precisamente la confrontación y la crítica las que nos ayuda a preservar a la teología de transformarse en ideología»

Otro testimonio de vida lo ha hecho el Papa, a través del pabellón de la Fe durante la COOP28, al que los médicos le impidieron asistir físicamente, pero donde entre otros puntos quiso manifestar, a través de sus palabras que “la paz y el cuidado de la creación son interdependientes”, y en esto es, donde dice el Papa que, toca hoy trabajar a todos, porque recalca el Papa que “Está a la vista de todos cómo las guerras y los conflictos dañan el medio ambiente y dividen a las naciones, impidiendo un compromiso compartido sobre la base de temas comunes, como la salvaguarda del planeta. Una casa, en efecto, es habitable para todos sólo si en su interior se instaura un clima de pazLas religiones, en cuanto conciencias de la humanidad, nos recuerdan que somos criaturas finitas, habitadas por la sed de infinito. Sí, somos mortales, somos limitados, y cuidar la vida también significa oponernos al delirio de omnipotencia voraz que está devastando el planeta. Esto surge cuando el hombre se considera señor del mundo; cuando, viviendo como si Dios no existiera, se deja embelesar por las cosas que pasan. Entonces el ser humano, más que disponer de la técnica, se deja dominar por ella, “se cosifica” y se vuelve indiferente. Incapaz de llorar y de compadecerse, se encierra en sí mismo y, erigiéndose más allá de la moral y de la prudencia, llega a destruir incluso aquello que le permite vivir.”

 

María Puy