Yolanda Sánchez, delegada de Pastoral Penitenciaria: “En la cárcel están los pobres de los pobres”

  • La delegada de pastoral penitenciaria asegura que el paso por la cárcel tiene consecuencias físicas y emocionales y crea “estigma”

Se estima que la prevalencia de trastornos mentales y adicciones en la población reclusa dobla a la incidencia de la población en general. La delegada de pastoral penitenciaria, Yolanda Sánchez, asegura que las personas privadas de libertad son personas “aunque no lo parezca, muy vulnerables. En la cárcel están los pobres de los pobres”.

¿Qué consecuencias tiene, entonces, el paso de una persona por prisión?

Como es obvio es un “proceso traumático” con consecuencias a nivel físico y emocional. La delegada de pastoral penitenciaria asegura que deja secuelas físicas “en la vista porque no ven más allá de un muro y acaban perdiendo vista, oído y problemas musculares además de ansiedad desconfianza y baja autoestima”.

Pero si hay algo que Yolanda Sánchez destaca es el “estigma” que sufren las personas que han estado en la cárcel cuando salen a la calle. Aseguran que les reconocen que tienen la sensación de que “llevan escrito en la frente: acabo de salir de la carcel”. Esto, apunta, es algo que les “cuesta mucho superar: tienen que volver a ser aceptados, encontrar su sitio en su familia, volver al lugar en el que vivían, no es fácil”. Y señala, además, que en la sociedad “no estamos preparados para aceptarlos como si fuesen uno más”.

Es aquí en el proceso de reinserción donde juegan un papel fundamental las casas de acogida de Cáritas. Hay dos tipos: las que acogen a presos que tienen un permiso carcelario. Importantes porque algunos “no tienen familia, o se llevan mal o no estan cerca” y si no tuviesen estes lugares “no podrían salir”. Y después hay casas de acogida para reclusos que han pasado mucho tiempo en la cárcel y ya han cumplido su condena donde reconoce Yolanda Sánchez les enseñan “lo más basico, a aprender a vivir de forma independiente” como “hacer la compra, manejar el móvil, coger un bus…”. “No es facil volver a hacerlo solos, hay que ayudarles a encontrar un trabajo o cómo gestionar la prestación si la tienen”, añade.

Su labor en las cárceles gallegas es de “escucha y acompañamiento”. “Somos la Iglesia”, asegura Yolanda Sánchez pero también trabajamos “con gente que no es creyente”. Además, dan apoyo a nivel jurídico si es necesario.

 

 

Fuente: Cope