“Yo soy todo amor y sólo en amar me empleo. Correspóndeme”. Madre María-Antonia de Jesús
Una señal de la cruz sobre los labios, para abrir nuestra boca y santificar las palabras de este nuevo día, abre nuestra alabanza coral. Somos voz de la Iglesia y de la humanidad, que alaba y bendice a Dios, deseando que todos los pueblos le alaben.