El día 16 de febrero por la mañana tuvo lugar la recepción de las obras que se han realizado en la iglesia de S. Fructuoso a lo largo del año 2021. En el acto intervinieron firmando el acta de recepción: el arquitecto Pablo Tomé, director de obra y responsable del contrato, la arquitecta técnica Paula Luna Lago, directora de ejecución de la obra y coordinadora de seguridad y salud, Juan Ramón González Carnero, interventor responsable del control económico y financiero, y Maiquel Rouco Mejuto, representante de la empresa Murua, adjudicataria de las obras. También estuvo presente el párroco de S. Fructuoso, Ricardo Vázquez Freire, como representante de la Parroquia, y la arquitecta del Consorcio Idoia Camiruaga Osés.
La intervención realizada por el Consorcio de Santiago incluyó la renovación completa de la envolvente: cubiertas y fachadas. Hay que destacar la restauración de la fachada principal, en especial las estatuas de las cuatro virtudes cardinales, el campanario y el escudo real. El cimborrio y las fachadas laterales se recubrieron con morteros de cal y se pintaron de blanco. Hay que subrayar también las medidas de carácter ecológico, ya que se instalaron dos casetas para murciélagos y espacios para la anidación de los vencejos, con la finalidad de proteger la fauna ligada a los tejados del templo.
Debido a la pandemia de COVID y a diversas dificultades técnicas que fueron surgiendo mientras se realizaban las obras, éstas se prolongaron más allá de los plazos programados. Fue necesario ampliar el presupuesto inicial, ya que se debieron realizar más trabajos de los previstos en el primer proyecto. Además de la modificación de presupuesto realizada por el Consorcio, hay que agradecer también la contribución económica de la Dirección General de Patrimonio de la Xunta, con la que fue posible completar la renovación de las fachadas laterales. Hay que destacar la magistral dirección realizada por el arquitecto Pablo Tomé, que fue superando con gran pericia y tenacidad todos los obstáculos para poder llegar a la conclusión de la obra. Al final, todo el trabajo realizado ha merecido la pena. Con sus cubiertas y sus fachadas renovadas, la silueta de la iglesia de S. Fructuoso ha recuperado su esplendor, contribuyendo a realzar la belleza de nuestro casco histórico y del entorno de la Catedral.