Conferencia de Jesús Rodríguez Torrente, auditor del Tribunal de la Rota, sobre la lucha contra los abusos en la Iglesia

José Antonio Castro Lodeiro, director del Instituto Teológico Compostelano (ITC), presentó este martes a monseñor Jesús Rodríguez Torrente, auditor del Tribunal de la Rota (Madrid), quien participó en el Curso de Actualización Teológico Pastoral que organiza el Instituto Superior Compostelano de Ciencias Religiosas (ISCCR). El conferenciante, que cuenta con un intenso trabajo en los procesos penales canónicos y contacto con las víctimas de abusos a menores, habló sobre La Iglesia y la protección de los débiles: una oportunidad de sanación.

En su intervención, Jesús Rodríguez aseguró que el tema de los abusos a menores es una cuestión “incómoda” pero “que nos atañe a todos”. Aludió al clima, que luego se trasladó a la sociedad, creado por la revolución sexual del Mayo del 68, que no veía mal la pedofilia.

Con la crisis de la teología moral sobrevenida en muchos centros formativos en ese caldo de cultivo de la libertad sexual sin normas, y tras la “Veritatis Splendor” de San Juan Pablo II y el trabajo del entonces cardenal Ratzinger, se decidió afrontar el problema de los sacerdotes que abusaban de menores en la perspectiva del trabajo de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y no desde la tarea de la Congregación del Clero.

Jesús Rodríguez apostó por una formación seria en los seminarios para hacer madurar a los seminaristas en todos los órdenes, sobre todo en el afectivo sexual, una labor en la que también las familias tienen un importante papel que desempeñar.

El conferenciante reconoció que ante el problema de los abusos, la Iglesia actuó tarde al pensar que era algo limitado a espacios geográficos concretos. Y recordó que todo abuso “es un delito” y que en cada víctima “queda lacerado Cristo” por una persona que actúa “en nombre de Cristo”. Dijo que las víctimas “quedan destruidas para siempre” y que se les priva de la “capacidad de creer”. Aludió, también, a la obligación de denunciar estos delitos en el ámbito civil, tal y como establecen las leyes estatales.

Jesús Rodríguez no dudó en calificar estos hechos de abuso como “un crimen” e indicó que, según algunos estudios, “el ochenta por ciento de los sacerdotes que cometen abusos son homosexuales”, lo que no quiere decir, aclaró, que los homosexuales sean abusadores.

En la charla celebrada en el aula magna del Instituto Teológico Compostelano, Jesús Rodríguez insistió en la urgencia de una formación espiritual y sacerdotal en los candidatos al sacerdocio e indicó a los laicos que son ellos los que tienen que “exigir esa espiritualidad a los sacerdotes, porque los sacerdotes tienen que ser hombres de Dios”. “La pederastia”, aseguró, “se da cuando hay ausencia de Dios”.

También habló sobre la normativa eclesiástica puesta en marcha a instancias del papa Francisco y de los procedimientos y protocolos para abordar las denuncias contra los abusadores, con principios básicos como el de no encubrimiento, no transferencia de la persona supuestamente culpable a otro sitio y la actuación por negligencia tanto contra el supuesto abusador como contra quien no ha actuado para evitarlo.

También abogó por una formación para los catequistas, agentes de pastoral y aquellas personas que trabajan con menores.

Jesús Rodríguez manifestó, también, que en este asunto complejo la Iglesia también contempla “la salvación del alma de quien ha abusado”, pues es ahí donde se expresa la misericordia al hacer justicia con las víctimas.

El auditor del Tribunal de la Rota celebró, igualmente, sendas sesiones de trabajo este miércoles con los sacerdotes que asisten a la Formación Permanente del Clero.