Conferencia de Monseñor Agrelo sobre emigrantes

El arzobispo emérito de Tánger, el franciscano monseñor Santiago Agrelo, pronunció este martes una conferencia en el marco del sexto Curso de Actualización Teológico-Pastoral, organizado por el Instituto Superior Compostelano de Ciencias Religiosas (ISCCR), que se desarrolla a lo largo de los cuatro martes de noviembre bajo el título genérico “Cristo, nuestra esperanza, vive y siempre está con nosotros”. Monseñor Agrelo habló sobre “Para el emigrante “Cristo vive” si la Iglesia lo acoge”, una reflexión sobre su experiencia personal al frente de la Archidiócesis de Tánger y sobre la exhortación “Christus vivit” y el mensaje del papa Francisco para la jornada dedicada a los emigrantes.

Monseñor Agrelo recordó en su intervención la responsabilidad que tienen todos los bautizados para acoger a los más pobres, desvalidos o vulnerables, como lo son los emigrantes, siguiendo el ejemplo de la acogida del propio Cristo a todos los necesitados. A su juicio, los emigrantes son una muestra de esa violencia que se genera en nuestras sociedades contra los pobres. El arzobispo emérito de Tánger indicó que los creyentes también han asumido, en ocasiones, el lenguaje que expresa el miedo al que es distinto, el racismo o la xenofobia. Y explicó que en ocasiones ya “no somos capaces de reconocer que nos hemos equivocado”.

En ese sentido, también aludió al papel de los medios de comunicación. Cuando hablan de esta realidad, señaló, no se habla de hombres, de mujeres, de niños, no se habla de personas, “se habla de problemas”. Se habla de irregularidades, de ilegalidades, de mafias, y se asegura que “nos invaden, nos asaltan”. A su juicio, ese lenguaje crea una conciencia de rechazo en la sociedad hacia el emigrante.

Monseñor Agrelo, tras recordar la muerte en el Mediterráneo de más de seiscientas personas que trataban de llegar a las costas europeas en lo que va de año, reclamó una auténtica acogida evangélica a los emigrantes, reconociendo sus derechos como personas y colaborando a que gocen de una vida digna.