En la tarde del Viernes 19 de Abril, en el salón parroquial de Santa María de Cambre, disfrutamos de la magnífica conferencia de Don Julián Barrio, nuestro arzobispo emérito, bajo el título: “El dolor, el sufrimiento y el mal a la luz de la Resurrección del Señor”.
Compartiendo su propia experiencia en la enfermedad y el dolor, comenzó afirmando que “Jesús no da ninguna explicación sobre el dolor, vino a compartirlo. Por ello, cuando sufrimos más que preguntarnos el porqué deberíamos preguntarnos para qué”. Nos recordó que “acercarse a la humanidad sufriente es siempre un privilegio para el cristiano: estuve enfermo y me visitasteis”. En la búsqueda del sentido profundo del sufrimiento nos invitó “a buscarlo en la Palabra de Dios, en la cruz y en la Resurrección del Señor”. Así, afirmó también que “el amor es la fuente más plena a la respuesta a la pregunta sobre el sentido del sufrimiento. Sufrimos porque amamos”. Recordando el pasaje del leproso agradecido, nos invitó a no olvidar que “somos deudores de todo, todo lo hemos recibido” y lo importante que es “vivir la experiencia del agradecimiento y la caridad en el proceso de la enfermedad, porque no somos autosuficientes, sino necesitados de los demás en todos los ámbitos de la vida”.
Resaltó la importancia sanadora de la “presencia de los otros con el que sufre” dado que “la grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento y con el que sufre”. Y subrayó que “a los cristianos no nos está permitido pasar de largo, con indiferencia, no podemos ser testigos mudos del dolor. Hemos de vivir en comunión con el enfermo, con el que vive en soledad, con el que sufre”.
A pocos días de la celebración de la Pascua del Enfermo, este encuentro ha sido de gran ayuda para la reflexión personal y comunitaria, una invitación a la acción, a acercarnos a Cristo en el que sufre.
Muchas gracias, Don Julián.
Susana Doval