En una ceremonia litúrgica celebrada en la capilla del Seminario Mayor, el obispo auxiliar, monseñor Jesús Fernández González, ordenó este domingo a dos nuevos diáconos: Santiago Luis Núñez Fernández y Callistus Chidiebere Nwoye. En su homilía, el obispo auxiliar indicó a quienes recibieron el diaconado, en alusión a las lecturas de la Santa Misa, que “es muy humano pensar que Dios nos olvida cuando llegan las dificultades: el cansancio de ser buenos, la desgracia, la enfermedad incontrolada como la que estamos padeciendo… Pero Dios siempre ha estado y estará a nuestro lado; no lo debemos olvidar”.
Monseñor Fernández indicó al rector, a los formadores y a los seminaristas que “también a nosotros, como al pueblo de Israel, nos pesa la dureza del desierto en que se convierte con frecuencia nuestra vida. Y entonces fácilmente nos puede venir la tentación de pensar que Dios nos ha abandonado. No olvidemos entonces la historia del agua sedienta que hoy hemos recordado; tampoco lo que nos ha dicho San Pablo: “Dios nos demostró su amor en que siendo nosotros todavía pecadores, Cristo murió por nosotros”. Y: “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado”.
A quienes se iban a ordenar como diáconos, el obispo auxiliar les dijo: “Hoy, particularmente, hacemos memoria agradecida del don de la vocación al ministerio pastoral al que hemos sido llamados, no por ser los más importantes y capaces, tampoco por ser los más santos y fieles, sino por pura gracia. Cada día, a través de los sacramentos, el Señor nos regala su Espíritu de amor. Hoy, por mi ministerio, este Espíritu de Cristo siervo descenderá sobre Santiago y Calixtus para configurarlos con Él”.