El otro claustro: San Pelayo. Trabajo

La ociosidad es enemiga del alma; por eso han de ocuparse los hermanos a unas horas en el trabajo manual, y a otras, en la lectura divina […]. Si las circunstancias del lugar o la pobreza exigen que ellos mismos tengan que trabajar en la recolección, que no se disgusten, porque precisamente así son verdaderos monjes cuando viven del trabajo de sus propias manos, como nuestros Padres y los apóstoles. Pero, pensando en los más débiles, hágase todo con moderación.

(REGLA de san BENITO capítulo XLVIII: el trabajo manual de cada día 1. 7-9)

 

9:30-13:00: trabajo.

Ora et labora. Quien bien ora bien trabaja, quien bien trabaja bien ora. El equilibrio y discreción benedictina. Tratando de hacer el bien y hacerlo bien. Esto es, dar contenido a todo lo que hacemos…

El otro día las más jóvenes aprendían a colocar la fruta confitada en las pastas, pues se pueden colocar centradas o no, por el revés o por la parte brillante y… ¡qué diferencia si se hace bien y con atención amorosa! Todo trabajo se transforma así en bendición.

La Hermana que trabaja en la huerta está atenta a las lunas para plantar cuando es mejor.

Otras atienden a las enfermas con gran abnegación.

Cada una centrada en su trabajo, tanto que… ¡tocó la campana, nos llamó el Señor, y a poco más no llegamos a la oración!