El Papa Francisco recibe la imagen icónica de la emigración gallega de manos de Patricia Ferrol, hija del autor de la fotografía

  • Este próximo martes, en Madrid, la hija de Manuel Ferrol se reunirá con el arzobispo monseñor Julián Barrio

Patricia Ferrol, hija del fotógrafo Manuel Ferrol, realizó hoy la entrega de la fotografía de “El padre y el hijo” del reportaje “Emigración” de Manuel Ferrol a Su Santidad el Papa Francisco, en el curso de la Audiencia de los miércoles. Se trata de una fotografía de 1957 que se convirtió en un icono a nivel mundial que llega hasta nuestros días, y que muestra el sentimiento más universal de la emigración.

El padre y el hijo” del reportaje “Emigración” es una foto tomada en el Puerto de A Coruña  en el año 1957 con motivo de la salida de migrantes con destino a Buenos Aires, en el buque Juan de Garay. Se corresponde a la última fase de la emigración española a América, de fuerte carácter familiar. Se calcula que entre 1946 y 1964 salieron hacia América 81.213 familias, constituidas por un total de 232.788 personas.

El próximo martes, en Madrid, en los locales de la Conferencia Episcopal Española, que celebrará su asamblea plenaria de noviembre, Patricia Ferrol se encontrará con el arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio, a quien le agradecerá las gestiones realizadas para que fuera posible la asistencia a la Audiencia de hoy en Roma y la entrega de la fotografía al Santo Padre.

El autor de la fotografía, Manuel Ferrol, nació en el año 1923 en el faro de Cabo Vilano y en el año 1948 se traslada a A Coruña para estudiar la carrera de Náutica. En 1954 trabaja en cine, empezando como foto fija, y dos años más tarde trabaja también como reportero aéreo.

En 1958 se traslada a Alemania para cursar estudios en HAMBURGER PHOTO SCHULE. Tras acabar sus estudios en Alemania vuelve a España y forma parte de la primera promoción de corresponsales de Television Española. En 1965 empieza a trabajar también en el NO-DO como operador de cámara hasta 1975.

La obra de Manuel Ferrol está publicada en la “Historia de la Fotografía Universal” de Newhall Beaumont, siendo el único fotógrafo español presente.

A pesar de su amplia trayectoria en el mundo de la fotografía y de la información gráfica, será siempre recordado como “el fotógrafo de la emigración”. La fotografía del hombre y el niño se convirtió en un símbolo y en una esencia de culto. Esta foto apareció publicada en diversas revistas y periódicos de la época sin la firma de su autor. Blanco Amor las firmó en Buenos Aires como suyas. Hasta la llegada de la democracia a España no se supo el nombre del autor, y fue la revista Foto quien dio a conocer al fotógrafo que mejor supo plasmar el drama de la emigración gallega, convertida posteriormente en icono de la emigración a nivel internacional.

Historia de una fotografía

Su famosa fotografía del reportaje Emigración, la conocida como fotografía de “El padre y el hijo” y que hoy Patricia Ferrol ha entregado a Su Santidad el Papa Francisco, la realizó en el Puerto de A Coruña el 27 de noviembre de 1957. El autor contaba que “ese día en lugar de llevar la cámara de reportero de siempre (tipo Leica) que tenía que levantarla a la altura del ojo y la gente se podía espantar, utilicé una Rolleiflex porque se miraba por arriba y se ve en ángulo recto con la cámara escondida. Fue un acierto porque “de esta forma, la gente no se espantaba del fotógrafo y así pude coger todo el dramatismo y todo lo que allí aconteció, que fue mucho”. En su autorretrato recuerda la foto de la confesión porque “uno dice que va confesar cuando va para otro mundo y, de hecho, esta gente se iba para otro mundo”. Otra de las fotos muestra a una mujer bostezando que “da la idea de que esas gentes venían el día anterior y estaban sin dormir mucho tiempo. Estaban con la emoción, con la tristeza y con la espera interminable de preparar el papeleo para marchar”.

En declaraciones a Europa Press, Patricia Ferrol, recordaba que a Roma había llevado otras treinta fotos, que forman parte del reportaje “Emigración”. Según la hija de Manuel Ferrol, ese reportaje es el “fruto de las sensaciones que vivió” su padre mientras documentaba la emigración por encargo de un sacerdote de la Comisión Católica de Emigración.

Manuel Ferrol falleció el 27 de febrero de 2003. Seguía prefiriendo llamarse “reportero” antes que “artista”.