El delegado de misiones de la diócesis de Santiago, David Álvarez, presidió este viernes, en la parroquia compostelana de san Fernando, una eucaristía por los benefactores de las misiones ya difuntos. Fue también una acción de gracias a Dios por los cristianos que ejercen su vocación misionera sobre todo entre los más pobres. El delegado de misiones tuvo también un recuerdo especial para Anastasio Gil, fallecido el pasado 7 de septiembre y que fue durante muchos años el director de la Comisión Episcopal de Misiones de la Conferencia Episcopal Española y director nacional de Obras Misionales Pontificias.
En su homilía, el delegado diocesano de misiones recordó que podemos hacer realidad el lema del DOMUND y cambiar el mundo. De hecho, aseguró que lo cambiamos cada día cuando nos dedicamos a la promoción de los más pobres. Pero también con nuestra actitud cristiana en la familia, en el trabajo o en la parroquia. Un trabajo dentro de nuestras posibilidades, afirmó, porque “Dios no nos pide nada que no podamos hacer y nada que no podamos dar”.
David Álvarez pidió que cambiemos el mundo aspirando a los grandes objetivos que el papa nos recuerda, porque “el mundo merece estar mejor”. El delegado de misiones pidió asemejarse a Jesús, que fue cambiando el corazón de sus discípulos para que éstos, a su vez, transformasen a los que se les acercaban. Por último, pidió que tengamos presentes a los misioneros, que oremos por ellos y por su trabajo. Y que el domingo seamos generosos en nuestra aportación al sostenimiento eclesial de las misiones.