Iberdrola y la Catedral de Santiago firman un convenio de colaboración para la nueva iluminación interior

  • La actuación renovará la iluminación interior ornamental del monumento, resaltando los elementos distintivos de las naves, crucero, girola, triforio y Pórtico de la Gloria

El deán-presidente del Cabildo de la Catedral de Santiago de Compostela, Segundo Pérez, y el director de la Fundación Iberdrola España, Ramón Castresana -en un acto al que asistieron el presidente de la Fundación Iberdrola España, Fernando García, y el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo- han suscrito esta mañana el convenio de colaboración para hacer realidad la nueva iluminación interior de la Catedral de Santiago de Compostela.

La actuación, según especificaciones del Plan Director de la Catedral, permitirá renovar la iluminación interior del monumento, resaltando los elementos distintivos de las naves, crucero, girola, triforio y Pórtico de la Gloria. Para el desarrollo de esta iniciativa la Fundación Iberdrola España aportará la cantidad de 800.000 euros.

El proyecto nace después de varios años de estudios previos y reflexiones por parte de expertos, y se desarrolla en coordinación con todas las actuaciones restauradoras que se están realizando en la Catedral, de manera que se asegure su compatibilidad. En este sentido, se ha evaluado la luz natural de basílica durante el día, y a partir de esa realidad se ha avanzado en la construcción de un criterio para la luz en la escena nocturna. Ello significa que la luz artificial no intentará compensar ni sustituir la luz natural, sino que se entenderá como una capa visual diferente, con niveles propios de la luz nocturna, a temperaturas de color cálidas, evitando la clásica iluminación de bóvedas.

Además, desde el punto de vista del uso, se trabajará en compatibilizar un uso de la luz que, por una parte, permita describir la arquitectura del monumento y, por otra, crear un ambiente de recogimiento acorde con el significado del templo. Así, el proyecto marca las líneas para implantar un sistema de control avanzado que permitirá crear diferentes escenas y regular en las mismas los niveles de iluminación de modo individual en cada uno de los puntos, según los momentos de visita sin culto, el culto ordinario y el culto solemne.

Se trata, en definitiva, de ordenar una narrativa según un criterio que resulte asumible con la historia y la realidad de la propia Catedral. Esta “luz de la Catedral” se ha expresado siempre en dos planos muy distintos: tradicionalmente la luz artificial colonizó un plano más o menos cercano al suelo, por motivos de tecnología disponible y mantenimiento, siempre con temperaturas de color cálidas y bajos niveles, y desplegada a través de múltiples soluciones (lampadarios de velas para ofrendas, palmatorias en las cruces de consagración, lámparas votivas, como las de los ángeles de la girola que el proyecto plantea recuperar).

Por su parte, la luz natural es la protagonista principal de los tramos más elevados, una luz abundante y de temperaturas de color frías, que potencia con su presencia el esfuerzo técnico y simbólico que supuso la elevación asombrosa de las naves medievales, y que, durante la noche, es su ausencia la que asocia la vasta amplitud del espacio en la parte alta al misterio, a lo inabarcable. Esta interesante dualidad es una narrativa en la que también se apoya el proyecto, aportando una experiencia visual muy significativa a visitantes y fieles.

Iberdrola colabora con la Catedral de Santiago desde 2004, promoviendo actuaciones como la iluminación de la Puerta Santa. Asimismo, en 2015 apoyó la renovación total de la iluminación, así como el control e instalaciones eléctricas de la Capilla Mayor y el Sepulcro del Apóstol. Este nuevo proyecto en la Catedral de Santiago de Compostela refuerza el compromiso de Iberdrola con Galicia y de apuesta permanente para promover el valor social de la cultura y la protección y conservación del patrimonio histórico-artístico de la región.

“La iniciativa representa los objetivos claves de nuestras actuaciones en este ámbito: la conservación del monumento y su trascendencia en la comunidad y al desarrollo local y la contribución a la conservación de sus elementos, poniendo en valor y realzando los rasgos singulares de la arquitectura y priorizando la sostenibilidad y eficiencia energética”, explica Fernando García presidente de la Fundación Iberdrola.

La Catedral de Santiago

Hacia el año 820-830 tendría lugar la Inventio, el hallazgo del sepulcro de Santiago y sus discípulos por el Obispo Teodomiro de Iria Flavia. Se daba comienzo, entonces, de un fenómeno mediante el cual, con un importante apoyo de la monarquía, se configuró en el noroeste de la Península Ibérica uno de los principales referentes de la cristiandad que, mil doscientos años después, continúa atrayendo a miles de fieles y peregrinos a través del Camino de Santiago, declarado por la Unesco Primer Itinerario Cultural Europeo.

Para custodiar y venerar el sepulcro apostólico, que aprovechó un mausoleo romano preexistente, Alfonso II impulsó la construcción de un primer templo que, por el rápido auge de las peregrinaciones, pronto se quedó pequeño y debió ser sustituido por una basílica prerrománica construida en tiempos de Alfonso III, el Magno y consagrada en 899. Este templo, fue arrasado por el ejército del caudillo musulmán Almanzor en 997 y rápidamente reconstruido, incorporando nuevos elementos arquitectónicos, en los primeros años del siglo XI, evitándose con ello la interrupción al culto al Apóstol y las peregrinaciones a su Tumba.

La Basílica de Alfonso III se fue quedando pequeña ante el importante auge de las peregrinaciones a Compostela. Por ello, hacia el año 1075, en tiempos del rey Alfonso VI de León y del Obispo Diego Peláez, se inició, por el lado oriental, la construcción de la Catedral, que hubo de pasar por varias fases hasta su consagración, con una ceremonia solemne, presidida por el Arzobispo Pedro Muñiz y el rey Alfonso IX de León, el 21 de abril de 1211.

En los más de ochocientos años transcurridos desde su consagración, la catedral no ha estado parada y su aspecto, exterior e interior, ha variado mucho incorporando todos los estilos artísticos. Cuestiones litúrgicas y funcionales, han ido sumando aportaciones a la estructura original, con nuevas construcciones y elementos decorativos. Todo ello, ha ido enriqueciendo el patrimonio cultural de la catedral, tanto en lo referido a su fábrica como a las colecciones artísticas que lo integran, en las que también tienen una especial importancia las ofrendas, legados y encargos por parte de prelados, capitulares, reyes, dignatarios y peregrinos que, a lo largo de mil doscientos años de historia han ido dejando su impronta en un templo que es el corazón y la razón de ser de Compostela y de Galicia.

Tampoco se ha detenido el culto en la catedral, ni el aluvión de peregrinos que, en un renovado auge de las peregrinaciones a Santiago se ha convertido, en las últimas décadas en un auténtico fenómeno de masas. En 2019, más de 300.000 peregrinos habrán llegado a Compostela cumpliendo las normas establecidas por la Iglesia para certificar el Camino; a ellos deben sumarse los millones de fieles y visitantes que visitaron la catedral, convirtiéndola en uno de los monumentos más visitados de España y presagiando un próximo Año Santo 2021 que, sin duda, superará todas las expectativas de asistencia y participación.

Iberdrola con la riqueza cultural y artística en España

Iberdrola, a través de su fundación en España, dedica una parte importante de su labor a los proyectos de cuidado, conservación y puesta en valor de la riqueza cultural y artística en España. Desde el año 2011, el volumen de inversión en este tipo de iniciativas se ha elevado a 12,6 millones de euros y se ha dirigido a dos principales líneas de trabajo: el Programa Restauraciones, para la conservación de su patrimonio pictórico y artístico; y el Programa de Iluminaciones, que contempla el diseño, ejecución y financiación de proyectos de iluminación artística en edificios singulares y monumentos.

Este último programa ha desarrollado más de 40 proyectos de iluminación en monumentos o edificios singulares, entre los que destacan el histórico Puente Romano de Alcántara (Cáceres), la fachada del Congreso de los Diputados, la iglesia del Monasterio del Paular (Madrid), las iluminaciones del Monasterio de Uclés (Cuenca), las del Panteón Real de la Colegiata de San Isidoro (León); la nueva iluminación exterior de la Catedral de Ávila, o el interior de la Catedral Nueva de Salamanca.

Otra iniciativa singular es el programa Iluminando el Prado/Lighting the Prado, un proyecto integral de iluminación del Museo del Prado con tecnología LED pionero y de referencia en Europa.