El obispo de Jaén y presidente de la Subcomisión episcopal de Catequesis de la Conferencia Episcopal Española, mons. Amadeo Rodríguez Magro, pidió esta mañana a los miembros del Consejo asesor un cambio de mentalidad a la hora de analizar la situación actual de la catequesis para adecuarla a la marcha actual de la Iglesia.
En la ronda de consultas de los distintos Delegados y Directorios de secretariados de catequesis sobre la situación de la catequesis en España (sus dimensiones irrenunciables, sus problemáticas, sus perspectivas de futuro, la implicación de las familias en la catequesis….), el obispo de Jaén insistió en la necesidad de superar los viejos esquemas propios de una “mentalidad de cristiandad”, que pone los acentos de la catequesis en la comunidad, que idealizamos, y las familias, a las que les seguimos pidiendo su colaboración en la catequesis.
Mons. Rodríguez Magro terminó su intervención aludiendo a una serie de intuiciones surgidas en el II Congreso Internacional de Catequistas celebrado en Roma este pasado mes de septiembre y que pueden dar pistas de una nueva mentalidad:
- La catequesis debe entenderse como una acción de la Iglesia en la que la primacía la lleva siempre la gracia de Dios. Tenemos que confiar en la acción oculta de Dios y que le prestemos una sencilla colaboración;
- el catequista tiene que ser acompañante, y para ello hace falta formarlos;
- tener en cuenta que el niño es capaz de Dios, tiene una fuerte capacidad de lo religioso. Las circunstancias son las que son y no podemos cambiarla, pero el niño de manera innata tiene una predisposición y una apertura a Dios. Los niños pueden ayudar a sus padres a redescubrir aspectos y vivencias latentes que están olvidados, dormidos;
- no culpabilizarnos por los aparentes fracasos en la catequesis ante los pocos frutos que se ven: a pesar de todo, confiar en que, una vez hecha la siembra de la Palabra en la catequesis, surgirán frutos; aunque a la vez, con la pacífica convicción de que la cosecha va a ser pequeña. Lo que se hizo, dará su fruto en el futuro; en este momento la semilla está cayendo en un terreno poco cultivado, lo que hará que el porcentaje de la cosecha será pequeña.
Ante esta realidad, es evidente que el mundo que nos rodea ha experimentado cambios radicales. Nuestra labor no es intentar cambiarlo. La tarea es más bien cambiar nosotros nuestros modos y perspectivas.