Mons. Francisco Prieto: “La familia es un don de Dios, un hogar de esperanza”

Esta mañana, Mons. Francisco José Prieto Fernández, arzobispo de Santiago, presidió la Eucaristía con motivo de la Fiesta de la Sagrada Familia en la Parroquia San Francisco de Cambados. El evento, que reunió a numerosas familias y matrimonios, se celebró bajo el lema “Familia, fuente de esperanza“.

En su saludo inicial, Mons. Prieto Fernández dirigió un especial reconocimiento a los delegados de pastoral familiar allí presentes, Dª Ana Robles y D. Antonio Gutiérrez, y extendió su saludo a todas las familias presentes: abuelos, padres, hijos y a la familia parroquial de Cambados.

El arzobispo reflexionó sobre la percepción de la crisis de la familia y destacó que esta es, en realidad, una oportunidad para el cambio y la renovación.

Mons. Prieto Fernández expresó su gratitud por la familia, destacando a los mayores, padres, hermanos y abuelos, y subrayó que la familia es un don de Dios. Además, explicó que Dios tiene nombre de familia y le gusta amar y ser amado, resaltando la importancia de conjugar verbos de amor como escuchar, respetar, tener paciencia, acompañar y perdonar en la vida familiar: “Amar es saber acompañar. Amar es saber perdonar. Estos son verbos que tenemos que conjugar en nuestras familias. Por eso Dios tiene nombre de familia.”

D. Francisco también destacó que la familia debe ser un hogar de esperanza, especialmente en tiempos difíciles, y subrayó la importancia de tener una mirada compasiva hacia las familias que sufren y necesitan apoyo: “La familia brota como ese hogar donde aprendemos a acogernos, a querernos y amarnos sin condiciones.” Recordó que el Papa Francisco abrió el Año Jubilar de la Esperanza y animó a las familias a seguir siendo fuente de esperanza: “Que seáis como familias cristianas, familias acogedoras, familias de puertas abiertas, familias donde se acoge el don de la vida de fe…”

El arzobispo también recordó que la familia es una vocación fundamental donde nacen otras vocaciones, como la vida matrimonial, sacerdotal y misionera, y animó a las familias cristianas a ser acogedoras y a vivir plenamente el don de la vida y la fe. En este sentido, compartió su experiencia personal y agradeció a su propia familia por su vocación: “Mi vocación nació en una familia donde me crié y esa vocación se creó después en la familia de la parroquia donde me bautizaron. Demos gracias por ese don de ser llamados hijos donde nacen las vocaciones. Pidamos por las vocaciones y cuidémoslas en las familias.”

Mons. Prieto Fernández finalizó su homilía dando gracias a Dios por las familias y pidiendo que continúen siendo fuentes de vida y esperanza en la comunidad.

Al concluir la Eucaristía, el párroco D. José Aldao expresó su gratitud a todas las familias presentes por su compromiso y testimonio de fe. En un gesto de reconocimiento y agradecimiento, Aldao, acompañado por los delegados de pastoral familiar, Dª Ana Robles y D. Antonio Gutiérrez, hicieron entrega de diplomas a más de 30 matrimonios, que pretenden honrar y celebrar tantos años de amor fiel y de entrega generosa al servicio de la comunidad.

La Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida destacó la importancia del lema de este año, señalando que “la vivencia del Año Jubilar es una invitación a fortalecer los lazos de amor en nuestras relaciones y a reconocer la dignidad de cada persona. La Sagrada Familia de Nazaret nos muestra el camino para que las familias sean verdaderamente fuente de esperanza y testigos de la misericordia de Dios, que no se cansa de perdonar y renovar todas las cosas. En este tiempo de gracia, es fundamental que, con la ayuda de Jesús, nos esforcemos por restaurar la confianza y el respeto mutuo, comenzando por el seno del hogar”.