Carballo celebró este domingo su tradicional fiesta en honor a San Cristovo y a Nosa Señora da Boa Viaxe, patronos de los conductores. La cita tuvo lugar, como cada año, en el santuario ubicado en el lugar de San Cristovo, y congregó a numerosos fieles y participantes en una jornada marcada por la devoción y la alta asistencia.
A las 12:30 horas se celebró la misa solemne, presidida por el párroco José García Gondar. En su homilía, el sacerdote agradeció la presencia de los conductores, vecinos y colaboradores, y recordó que esta celebración es, ante todo, un acto de acción de gracias. “Estamos aquí con vida, con salud, libres de accidentes graves. Eso ya es motivo para dar gracias”, expresó.
Durante su intervención, también hizo un llamamiento a la responsabilidad al volante. “Como creyentes, estamos llamados a ser ciudadanos ejemplares, también cuando conducimos. Respetar las señales, frenar la impaciencia y cuidar a los demás forma parte de nuestra vida cristiana”, subrayó. Además, recordó la importancia de comenzar cada viaje con calma y prudencia, y animó a los presentes a rezar la oración del conductor.
La homilía incluyó también un repaso histórico. Se cumplen 45 años desde que se comenzó a celebrar esta fiesta en el templo actual. García Gondar rememoró a las personas que hicieron posible el santuario, desde arquitectos hasta feligreses, y tuvo palabras de agradecimiento para quienes colaboran en su mantenimiento.
Una vez finalizada la misa, tuvo lugar la tradicional procesión. Un camión especialmente acondicionado transportaba las imágenes de San Cristovo y de Nosa Señora da Boa Viaxe, seguidas por una larga comitiva de vehículos: camiones, coches de autoescuela, taxis y turismos particulares recorrieron varias calles del municipio.
El acto finalizó con la bendición individual de cada vehículo frente al santuario, una ceremonia que, como es habitual, se prolongó debido al elevado número de asistentes. Desde la organización destacan que la participación fue posiblemente la más alta de los últimos años, lo que refuerza el arraigo de esta tradición en la comunidad carballesa.








