Parroquia de guardia: San Francisco Javier A Coruña

Corría el año de 1963 cuando se bendecían un grupo de viviendas en la zona coruñesa de “Agra del Orzán”. La ciudad se expandía por ese barrio. Una de sus arterias principales, la Ronda de Outeiro, todavía era de tierra por allí y ni siquiera circulaban coches. Hacia la parte del Ventorrillo, el monte ocupaba casi todo el territorio y la población lo aprovechaba como pulmón de esparcimiento para sardiñadas, tomar el sol, jugar la partida con sillas y mesas que cada uno portaba de sus casas, jugar al fútbol, diversos juegos grupales y de catequesis. Así se inició la comunidad parroquial de San Antonio. Con el paso de los años, el barrio hizo frente a desafíos sociales y culturales, como la escolarización de los más jóvenes, por ejemplo. Además, crecían las tareas espirituales. A partir de ese aumento en el número de actividades y de la asistencia a la Misa dominical, se fue gestando el nacimiento de una nueva parroquia: San Francisco Javier. Los nombres de algunos barrios circundantes: Katanga, Corea, China, Labañou… dan una idea de las dificultades por las que atravesaban muchos de sus habitantes, particularmente los más jóvenes; también habla de la amalgama de sus gentes, de toda clase y condición. A todos se brindaba acogida y comprensión. Hubo que esperar a 2004 para inaugurar el presente templo parroquial. El actual párroco y arcipreste de la zona, Severino Suárez, atiende también la parroquia de El Pilar y la de O Nadal do Señor, en el barrio de Bens.

Hoy, sacerdote y feligreses se unen en oración alegre y esperanzada pidiendo de un modo especial por todos los diocesanos. Su saludo inaugura la Pascua en pastoralsantiago y su comunión comunica vida a la Iglesia.

Algunos signos de vida parroquial durante el coronavirus:

– La actividad de mayor intensidad ha ido dirigida a los muchachos del catecismo y a sus familias, para acompañarles en la fe durante este tiempo. Se les hace partícipes de los materiales de oración y formación necesarios y se les invita a unirse a la oración del Arzobispo, pidiendo por todos los afectados con la pandemia.

– Cáritas parroquial: la atención primaria de Cáritas sigue pendiente de las cerca de 100 familias que en ella buscan amparo. Los voluntarios de mayor edad han detenido la actividad mientras dure la cuarentena. La proporción de inmigrantes bajo su cuidado es elevada, pues constituyen una parte importante de la población local. Uno de los economatos de Cáritas Interparroquial de A Coruña tiene su ubicación en este arciprestazgo (Riazor), que se mantiene abierto y a pleno rendimiento. Algunos de los voluntarios de la parroquia son profesionales considerados esenciales para el funcionamiento de la sociedad durante el coronavirus; esto les permite aplicar con gran rigor y sensibilidad todas las medidas de protección sanitaria en el reparto de alimentos, facilitando así el aislamiento domiciliario de los usuarios de Cáritas. En el economato se sigue un sistema se vales que ayuda a un mejor acompañamiento de los usuarios y su problemática. La Comunidad Económica Europea ha reforzado con lotes de alimentos los productos que ya se repartes, a lo que se suma la generosidad de otros benefactores.

– La parroquia cuenta con un nutrido grupo de catequistas y ha incorporado, con notable éxito, la actividad de postcomunión denominada “5+1”. Un grupo de Acción Católica con sede en O Pilar u otro de Vida Ascendente se prodigan en cuidar la comunicación con los mayores y con quien pueda encontrarse solo durante estos días.

– El grupo de Pastoral de la Salud con sede en la parroquia, desarrolla durante todo el año pastoral un atento cuidado y preocupación por los enfermos. Visitan residencias y a gente impedida, además de los cuidados humanos y materiales que se requieren ante un fallecimiento inesperado de alguna de estas personas, especialmente de quienes carecen de vínculos familiares capaces de asistirles en ese trance.