Un año más, los vecinos se volcaron con la celebración que marca el inicio de la Semana Santa y abarrotaron, con sus ramos y palmas, las bendiciones que se celebraron por toda la provincia.
En una soleada mañana de domingo, muchos no faltaron a la tradición que ya vivieron cuando eran niños para presenciar el traslado de la imagen de Jesús entrando en Jerusalén en Pontevedra. No faltaban gafas de sol y móviles en mano para retratar el momento. El recorrido previo se hizo desde la iglesia de San José, tras la misa de las 11.00 horas, por la plaza de Galicia, Andrés Muruais, Peregrina, plaza de la Peregrina y escalinatas de la iglesia de San Francisco, epicentro de la ceremonia y donde más de uno casi se ensañaba golpeando la imagen con ramos y palmas. Poco después, tenía lugar la bendición general de palmas y ramos de olivo en el atrio, que daría paso a la procesión con la imagen de Jesús entrando en Jerusalén, conocido popularmente como procesión de La Borriquita, por parte del centro histórico y hasta desembocar en la iglesia de San Bartolomé. El fervor religioso de algunos y la curiosidad de otros se mezclaba con más de un turista de visita en una ciudad que ya el sábado estuvo muy concurrida.
Pero, sin duda, una de las celebraciones de la Semana Santa más famosas de la provincia es la que escenifican los vecinos de Paradela, en Meis. Tampoco estos faltaron a su cita y, alrededor de la una de la tarde, Jesús apareció en el recinto subido a lomos de una borriquita de verdad y acompañado de sus apóstoles. La representación comenzó con la bendición de los ramos y las palmas, que llevó a cabo el cura párroco. Posteriormente, empezó la procesión. De abrir el paso se ocuparon los soldados romanos, pertrechados con sus armaduras y lanzas. A ellos les seguía Jesús, un papel que este año interpreta, por primera vez, el joven Daniel Castro, un estudiante de la localidad que lleva años colaborando con estas celebraciones. La comitiva la cerraban hombres, mujeres y niños ataviados de la época, que acompañaban a Jesús portando ramos y palmas. Quizás por el buen tiempo que reinó durante toda la mañana, quizás porque cada vez son más los que se animan a disfrutar de estas escenificaciones, la actividad logró congregar a numerosos público en el entorno de la iglesia.
Fuente: La Voz de Galicia