Texto bíblico
«No temas, Sión, no desfallezcan tus manos. El Señor, tu Dios, en medio de ti, es un guerrero que salva. Él se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo como en día de fiesta» (Sof 3, 17-18).
Texto patrístico
“Cuando la palabra ha pasado a ti, ¿no te parece que es el mismo sonido el que está diciendo: Ella tiene que crecer y yo tengo que menguar. El sonido de la voz se dejó sentir para cumplir su tarea y desapareció, como si dijera: Esta alegría mía está colmada. Retengamos la palabra, no perdamos la palabra concebida en la médula del alma” (San Agustín).
Texto pontificio
“Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque «nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor»” (Francisco, Evangelii Gaudium 3).
Texto litúrgico
“El mismo Señor nos concede ahora prepararnos con alegría al misterio de su nacimiento, para encontrarnos así, cuando llegue, velando en oración y cantando su alabanza. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria” (Prefacio II de Adviento).
Consideración
En el discernimiento espiritual, una prueba eficaz para saber si se camina por el sendero que Dios quiere es el gozo interior, la consolación del alma, que se sobrepone a los posibles sufrimientos y pruebas del camino.
Propuesta
¿Tienes paz; estás alegre en tu corazón?
Ángel Moreno Buenafuente