“Mi cónyuge no me permite que le diga las cosas. No soporta que yo sepa más que él. Y siempre me critica todo. ¡No lo aguanto! ¡Es mi mayor enemigo!” ¿Quién de quién? En una relación en que uno quiere mandar y el otro se le impone se mantiene una escalada de alta tensión y gran sufrimiento. ¿Y si intentas acogerlo sin buscar educarlo ni culpabilizarlo? Ambos necesitáis nuevas maneras de relacionaros: escucharos con respeto, reconoceros lo positivo de cada uno, expresaros vuestras emociones con serenidad, hacer cosas juntos, respetar el espacio vital del otro…
En la vida familiar no puede reinar la lógica del dominio de unos sobre otros, o la competición para ver quién es más inteligente o poderoso, porque esa lógica acaba con el amor.(Francisco, La alegría del amor, 98)
En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: “Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros (Mc. 9, 38-40)