José Esmorís Cambón. Hombre de Dios (12-06-1.931 – 13–05-2.016)

Con este título fue publicado un libro de 100 páginas, en memoria de D. José Esmorís, por iniciativa del Cabildo de la Catedral de Santiago. Colaboran en la obra quienes conocieron al Sr. Esmorís en los diversos aspectos de su vida sacerdotal.

El Sr. Arzobispo aporta un prólogo hermoso, como tantos escritos que salen de su mano. Así como la homilía en el funeral celebrado en Sofán y un discurso habido en el Seminario Menor en homenaje a D. José Esmorís.

D. Isolino, hermano de D. José, presenta el relato familiar y la influencia que en la vocación del hermano fallecido tuvo su tío D. Manuel Cambón Varela, párroco de Montemayor.

Diego Ríos Noya, párroco de Sofán durante 24 años, hoy emérito, tuvo la fortuna de tratar a D. José en diversos proyectos parroquiales, especialmente en el homenaje tributado a D. Antonio Carracedo Viña, al cumplirse los 25 años de su fallecimiento.

Luis Cardeso Liñares, condiscípulo del Sr Esmorís, así como D. Ramón Cascón Raposo, párrocos eméritos de Nuestra Señora del Carmen de A Coruña y de Pontedeume, respectivamente, enriquecen con sus aportaciones, las noticias que teníamos sobre D. José Esmorís. Igualmente, D. José Soneira Lema que en Roma fue compañero de estudios y D. José Fernández Lago, canónigo, coordinador del libro, nos dan cuenta de la entrega sacerdotal del Sr. Esmorís en los diversos cargos que hubo de desempeñar.

Sobre la dirección de la Casa de Ejercicios y la atención a la parroquia de Nuestra Señora Peregrina en Santiago, nos hablan Carmen López Baleato (Hija de la Natividad de María) y Francisco Iglesias Novais, feligrés de la antedicha parroquia. También aparecen la homilía del Deán en el funeral de la Catedral y artículos publicados en la prensa por Fernández Lago, Sánchez – Guisande y Calvo Tojo.

En todos los menesteres que el Prelado le encomendó, Don José Esmorís correspondió como un sacerdote ejemplar. Recomiendo la lectura y meditación de esta obra a sacerdotes y seglares.

Pienso que el clero diocesano de Compostela tuvo, y tiene hoy, sacerdotes cuya vida y apostolado deberían ser dados a conocer para ser imitados por las sucesivas generaciones.

Personalmente, encuentro en D. José Esmorís Cambón estas singulares condiciones:

-Desempeñó cargos de alta responsabilidad en la diócesis y también otros que, diríamos, eran de menor entidad. Por tanto, se adelantó a cumplir lo que el papa Francisco nos dice cuando habla de que debemos rechazar la mentalidad “carrerista”, el escalafón, que, a veces nos paraliza.

-Llevó con paciencia el sufrimiento de una enfermedad penosa y mortificante. (Aquí me viene a la memoria el caso de D. Guillermo Eirís Cabeza, también de Sofán).  -Prefirió ser sepultado en su querida Sofán, junto a sus padres, su tío D. Manuel y hermanos. En vez de recibir honrosa sepultura en el Claustro de la Catedral.

Reiteramos nuestra condolencia a su hermano D. Isolino. D.E.P.

Xosé Pumar Gándara