La Iglesia Diocesana atendió a 116,075 personas en sus 348 centros asistenciales a lo largo del pasado ejercicio de 2016

  • Este próximo domingo día 12 se celebra el Día de la Iglesia Diocesana y los fieles tienen la oportunidad de contribuir con sus aportaciones
  • Casi un setenta por ciento de los recursos, un total de 22,8 millones, se destinan a actividades pastorales, asistenciales, construcción de nuevos templos o programas de conservación y rehabilitación

A 22,8 millones de euros ascendió el presupuesto ejecutado por la Archidiócesis de Santiago de Compostela en el ejercicio de 2016. Esa cuantía permitió, por ejemplo, que en los 348 centros asistenciales de la Iglesia compostelana se atendiese a 116.075 personas; que se mantuviese la actividad en 845 parroquias rurales; que se trabajase con 52.051 personas en riesgo de exclusión social; o que se conservasen 37 bienes de interés cultural (BIC) en toda la Diócesis. Son algunos de los datos que se incluyen en la publicación “Nuestra Iglesia”, un boletín que se repartirá este domingo día 12 de noviembre, Día de la Iglesia Diocesana, en todas las parroquias. De la ejecución presupuestaria se desprende, además, que casi el 70% de los recursos, 15,7 millones, se dedican a actividades pastorales, asistenciales y a la construcción de nuevos tempos o programas de conservación y rehabilitación. La diócesis compostelana cuenta con 2.625 voluntarios de Cáritas, 152 centros educativos católicos y 1.070 parroquias que atienden 460 sacerdotes diocesanos.

El presupuesto diocesano ejecutado en el ejercicio de 2016 ascendió a 22,8 millones de euros (16,91 euros por habitante). De ellos, analizando el destino de los recursos, 5,9 millones se dedicaron a las actividades pastorales y asistenciales y otros 5,2 estuvieron destinados a conservación de edificios y gastos de funcionamiento. A nuevos templos y la rehabilitación de los ya existentes se dedicaron 4,6 millones.

En el origen de este presupuesto, un total de 7,7 millones procede de las aportaciones voluntarias de los fieles y otros 6,2 de la asignación tributaria, la contribución voluntaria vía declaración de la renta.

Con 1.070 parroquias o 460 sacerdotes diocesanos; con 348 centros en los que se atiende anualmente a más de cien mil personas; con 6.304 bautizos, 6.102 comuniones o 1.394 celebraciones matrimoniales; la Iglesia diocesana de Santiago dedica el 26% de su presupuesto de gastos a actividades pastorales y asistenciales. Se incluyen en este apartado la acción pastoral, la catequesis, la liturgia, la actuación social y caritativa, las aportaciones para las misiones o para Manos Unidas, Cáritas o el Seminario, así como las Cocinas Económicas.

A las retribuciones al clero se dedica el 19% del presupuesto; mientras que al mantenimiento de los centros de formación va un 4%. De acuerdo con los datos de ejecución presupuestaria, la conservación de edificios y los gastos de mantenimiento absorben otro 23%. Nuevos templos, rehabilitación y empleos extraordinarios se dedica otro 20% del presupuesto,  que se destinan a templos como el de San José de O Millladoiro o a rehabilitaciones como la rectoral de Arca.

Si se habla de los ingresos, el 34 por ciento de los recursos proviene de las aportaciones voluntarias de los fieles, o lo que es lo mismo de su contribución a través de colectas parroquiales, cuotas, suscripciones, limosnas, legados, colectas para Manos Unidas o Cáritas o recaudaciones para el Seminario. Le sigue en importancia la llamada asignación tributaria, es decir la aportación que se realiza al marcar la X en la casilla correspondiente de la declaración de la renta, que supone un 28%. En el ejercicio de 2016, la Iglesia compostelana tuvo una necesidad de financiación del 15%, es decir 2,55 euros por habitante.

Este próximo domingo día 12 de noviembre, los diocesanos de Santiago de Compostela volverán a tener la oportunidad de seguir contribuyendo con sus aportaciones al sostenimiento de su Iglesia particular. Es una jornada dedicada no sólo a la contribución económica, sino a la reflexión sobre la implicación de todos en el servicio que presta la Iglesia a la sociedad. En su reciente Carta Pastoral, monseñor Barrio aseguraba que “la diócesis ha de sentirse como una gran familia en la que nadie sobra y todos somos necesarios, viviendo como comunidad de fe, esperanza y caridad”. Por todo ello, indicaba el arzobispo “os agradezco vuestra responsabilidad y generosidad tantas veces demostradas”.