El pergamino Vindel, confirma la hipótesis de que los trovadores entregaban textos musicalizados a los juglares para su interpretación. Las cantigas que se recogen en el documento no tratan de política. Por más que los profesores de “ingeniería social” se empeñen en adoctrinar sus aulas contra la Iglesia, esas coplas tampoco hablan de religión. Ni de deporte.
Pero hay algo en esos versos de antaño que mantiene una perenne actualidad: el amor. Las cantigas exploran el alma humana y describen cómo se siente alguien en ausencia del amado y en presencia de un fuego interior que consume y enciende las emociones, el pensamiento y la voluntad. ¿Quién puso tal pasión en el alma? El azar no produce este nivel.
El pregón del Domund 2017 que leyó Luz Casal destaca algo innato: “la belleza que provocan los pequeños gestos humanitarios regenera el mundo, y el amor lo salva.” Dios lo repite eternamente: con misioneros, acontecimientos, inspiraciones… hasta con su propio Hijo. La genética, las casualidades o el ingenio no explican todo. El Amor sí nos lleva lejos.
Manuel Ángel Blanco
(Cope, 6 de de octubre 2017)