Momento Blanco, en Cope: mordiente

Al parecer, la frase “ladran, señal que cabalgamos”, no aparece en ninguna parte de El Quijote. Habría comenzado a incluirse en el castellano a partir del poema Ladrador, escrito por Goethe en 1808. Fue muy utilizada por  los políticos españoles en torno al 1930. Eva Perón, en sus discursos, le añadía “ladran, Sancho?” y de ahí que se confunda su origen.

Desde que las mordeduras de dos grandes cánidos casi matan a una anciana en Covelo, desconfiamos hasta del “perro ladrador”: no vaya a ser… Atentos a un “listado de problemas para la sociedad”: Hambre. Corrupción. Contaminación. Guerras. Drogas. Terrorismo. Y antes del etc., etc. ¡religión! Increíble inserto. Sí, no existe el camino sin ladridos.

Definición número cuatro de “mordisco” habla de una equivalencia con “pellizco”: “beneficio que se obtiene de un negocio; “sacó un buen mordisco con la venta”. Incluso, la “mordida” acecha para sobornar. El cristiano coherente, busca superar ladridos, mordeduras y mordiscos. Serpientes o perros, las dificultades abundarán. Mientras unos las siembran para dificultar la marcha, Jesús las convierte en oportunidades.

Manuel Ángel Blanco
(Cope, 10 de noviembre 2017)