XII Domingo del Tiempo Ordinario

¡No tengáis miedo!

Texto profético

No tembléis, no tengáis miedo. ¿No lo había anunciado yo? ¿No lo había proclamado desde antiguo? Vosotros sois mis testigos: ¿Hay un dios fuera de mí? ¡No hay otra Roca! No la conozco» (Is 44, 8).

Texto evangélico

“No tengáis miedo a los hombres. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No tengáis miedo, no hay comparación entre vosotros y los gorriones” (Mt 10, 26-33).

Texto patrístico

“Pero, para que el débil no se vea vencido por las futuras tentaciones, no se le debe engañar con falsas esperanzas, ni tampoco desmoralizarlo a fuerza de exagerar los peligros. Dile: Prepárate para las pruebas, y quizá comience a retroceder, a estremecerse de miedo, a no querer dar un paso hacia adelante. Tienes aquella otra frase: Fiel es Dios, y no permitirá él que la prueba supere vuestras fuerzas” (San Agustín).

Texto místico

“No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.” (Anónimo, atribuido a Santa Teresa)

Texto pontificio

“¡No tengáis miedo a abrir de par en par las puertas a Cristo!” (San Juan Pablo II)

No somos invitados a una valentía inútil, suicida, irresponsable. Frente al miedo, la mejor reacción es la confianza y el abandono en manos de la Providencia; la certeza de saber que Dios cumple su Palabra; fiarse de Dios; mirar a los que nos preceden en la fe.

Ángel Moreno Buenafuente