I Domingo de Adviento

Introducción

Este tiempo nos llama a la esperanza y a renovar nuestra mirada sobre la realidad. Nos invita a la hermosa tarea de cooperar con el Creador para lograr el clima adecuado que haga posible experimentar la visita de nuestro Dios.

En muchas casas surgirá como un microcosmos idílico a la hora de colocar el belén o de adornar el árbol de Navidad. La ciudad se ilumina, y la Palabra de Dios nos invita a observar los signos más esperanzadores.

Me propongo considerar cada día de Adviento un texto que nos llame a contemplar la naturaleza, a respetar la casa ajardinada que dispuso el Hacedor de todo para disfrute de la humanidad, como adelanto de su venida al mundo.

Texto bíblico

“Dios de los ejércitos, vuélvete: mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña, la cepa que tu diestra plantó, y que tú hiciste vigorosa” (Sal 79).

Texto místico

“Oh bosques y espesuras,/ Plantadas por mano del Amado,/ Oh prado de verduras,/ De flores esmaltado,/ Decid si por vosotros ha pasado” (Sam Juan de la Cruz, Cántico Espiritual 4).

Texto pontificio

« Alabado seas, mi Señor », cantaba san Francisco de Asís. En ese hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos” (Francisco, Laudato Sí 1).

El Abeto 

Entre los árboles del bosque, el protagonista de la Navidad es el abeto. La Biblia lo considera árbol digno que ofrece su madera para la casa de Dios.

“Hizo construir la entrada del santuario con puertas de madera de acebuche. Lo mismo hizo para la puerta de la nave, con montantes de madera de acebuche de cuatro laterales y dos puertas de madera de abeto; las dos planchas de cada puerta se hallaban redondeadas. Esculpió querubines, palmeras, capullos de flores abiertos y aplicó oro sobre los relieves. Finalmente construyó el patio interior, con tres hileras de piedra tallada y una de tablones de cedro (1Re 6, 31-36).

¿Cuidas tu entorno? ¿Amas la naturaleza?

Ángel Moreno Buenafuente