Momento Blanco, en Cope: rescate preparado

No conozco a Julio Escartín. Ha ganado en el concurso Pasapalabra. Con Julio, el concepto de “rosco”, ha evolucionado: de calificación ínfima se ha convertido en premio al esfuerzo. Además de buena cabeza, ha demostrado constancia y preparación; técnica y táctica. Llevaba tiempo entrenando con su propio método. Alguna vez, a este tipo de personas les han llamado “Chapones”. Por envidia y para justificar perezas.

Esta Cuaresma descubro que el ser humano esconde una gran sed de victorias. Sed de un mundo mejor y de que sus aspiraciones más profundas lleguen a buen fin. Esa sed no la apaga un grito de taberna: “¡veña viño!”. Ni los goles de Messi o de Ronaldo. Ni se gana jugando a la lotería, ni acariciando al santo con el boleto, por si-le-toca. En Sicar, junto a un pozo, una mujer encontró el agua de Dios para su sed. Esa sí.

A veces, la vida se convierte en un teleférico que se avería y uno queda colgado. Atrapado con más gente. Parálisis, tensión, insomnio, evacuación… Igualito que muchos de nuestros cuadros médicos, que se agudizan con los años. Y esperamos ayuda. Y un refugio seguro. No importaría que los salvadores fuesen chapones, preparados a conciencia. Al contrario. Pues Dios ha dispuesto eternamente mi rescate.

Manuel Ángel Blanco
(Cope, 17 de marzo de 2017)