III Martes de Adviento

Monición

El tiempo de Adviento es propicio para disponernos interiormente a la fiesta de Navidad. Es buen momento de reconciliación y de practicar la generosidad. Suele ser costumbre en muchos pueblos el aguinaldo, y en algunos países los niños van de casa en casa y recogen grandes sumas de dinero para obras sociales.

En el mundo judío, y también entre los cristianos, antes de las fiestas se suele invitar al ayuno, a cierta austeridad como preparación y llamada a ser conscientes. Estos preceptos se pueden interpretar como legalismo ascético, pero es bueno hacer higiene alimenticia. El texto que hoy se proclama describe lo que exige el ángel del Señor a la que será la madre del primer juez de Israel.

En la simbología judía, la higuera representa la fidelidad a cuanto prescribe la ley.

Texto bíblico

“Ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro, porque concebirás y darás a luz un hijo”.

Texto místico

“Buscando mis amores,/ iré por esos montes y riberas;/ ni cogeré las flores,/ni temeré las fieras,/ y pasaré los fuertes y fronteras” (San Juan de la Cruz, Cántico Espiritual).

Texto pontificio

“Espero también que en nuestros seminarios y casas religiosas de for­mación se eduque para una austeridad responsa­ble, para la contemplación agradecida del mun­do, para el cuidado de la fragilidad de los pobres y del ambiente” (Francisco, LS 214).

La higuera

“Judá e Israel vivieron en seguridad, cada uno bajo su parra y bajo su higuera, desde Dan hasta Berseba, todos los días de Salomón” (1Re 5, 5).

No pretendo quitar valor al ascetismo y al ejercicio de la voluntad, pero como tarea preparatoria y disposición del ánimo ante las próximas fiestas de Navidad, sé que Quien en verdad nos libera es el Señor, y por amor a Él cabe la privación, como el enamorado que se olvida de la necesidad de comer.

¿Eres consumista o austero?

Ángel Moreno Buenafuente